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El cerro donde pasean los ángeles. Cerrro de los Ángeles, Getafe

Tradicionalmente considerado como el centro geográfico de la península ibérica, este cerro ofrece impresionantes vistas de Madrid y sus alrededores.

Ubicado en el municipio de Getafe en Madrid, arropado por un tupido bosque de coníferas, el Cerro de los Ángeles, es una reserva de un ambiente natural y con cierto toque alado. Con una vista privilegiada de Madrid, se puede contemplar una panorámica que con días despejados permite identificar muchos de sus edificios o monumentos emblemáticos.

Vista panorámica del Cerro de los Ángeles

El Cerro de los Ángeles, cuenta con la Ermita de Nuestra Señora de los Ángeles, que se erigió sobre una antigua que fue destruida, además del monumento al sagrado corazón original de 1919, que padeció los estragos de la Guerra Civil, así como uno más reciente, que a semejanza del anterior, sólo lo supera en dimensión.

Considerado por algunos como el centro geográfico de la Península Ibérica, el cerro de los Ángeles te puede regalar un paseo agradable y en contacto con la naturaleza, para sorprenderte con la maestría en piedra de las esculturas que cuentan un recorrido histórico.

Dejarse perder en su veredas te guiará a un paseo donde sólo escucharás el crujir de tus pasos y las aves que anuncian tu presencia entre ellas. El aire con ese sabor y olor limpio, se agradece mucho, pues cada respiro invade los pulmones introduciendo, pareciera, el bosque entero.

Las campanas de la ermita anuncian las misas que se celebran y el portón de la misma tiene un rico trabajo de relieve que sorprende con la delicadeza y detalles finamente trabajados. De nave sencilla, aloja unos maravillosos lienzos religiosos para aquellos amantes del arte sacro. Un deleite para la vista del riguroso convenio de pinceles que dan forma a querubines, santos y vírgenes con ese estupor de óleo y de tiempo, pues cuando la tela se somete a él, la pintura lo manifiesta con ese exquisito cuarteado en la pintura, que le añade, a ésta, el encanto de la madurez.

En la columna del Sagrado Corazón más alto, sobre la base que le sujeta, además de la increíble panorámica paisajística, el viento impone su regla. Y la piedra se mantiene intacta haciéndole frente. Con esculturas en los cuatro ejes de la base, cada una, narra en piedra viva el sentir humano. La fe ciega, la fe que atraviesa mares, la fe como llamado al cielo. Cuando aquellas esculturas, elevan sus duras miradas al cielo, parecen ablandarse, elevarse o ser respondidas. La piedra, entonces cuenta algo, un pensamiento que te puede dejar reflexionando sobre lo que creemos, lo que vemos o lo que no vemos. Y los opuestos parecen ponerse de acuerdo y llegar a un punto medio. La pesada piedra adquiere la cualidad de una pluma, se mantiene inmóvil al efecto del viento, pero parece elevarse o tener la finalidad de ascender. La piedra cuando sufría cada golpe de cincel, sabía que llegaría a ser admirada por quien la viera.

Visitar el Cerro de los Ángeles, permite entablar el diálogo a la narrativa que este sitio tiene por contar. Con larga historia en su terreno, tangibles y visibles testimonios de su presente, culmina con una postal del porvenir que se contempla al horizonte. Cuando la ciudad despide al sol con su natural marco serrano. Un paseo que conjuga lo natural, con la historia y las artes arquitectónicas, escultóricas y pictóricas.

Nuevo Sagrado Corazón

Déjate llevar por sus veredas, escucha los susurros de su pinar, e imagina su pasado lleno de pasajes memorables, desde sus orígenes árabes hasta nuestros días de rutas o senderismo. Por estos mismos campos, los pasos de diferentes ideologías han caminado. No es necesario pertenecer a alguna, sólo querer disfrutar y tener la disposición de escuchar.

El mismo viento te contará que te hará sentir que tienes alas, que lo frágil no es sinónimo de débil y que la historia le sobrevive. Y como viento mismo, tu vista vuela, recorriendo los campos , la ciudad, la Sierra, que desde este punto tienes la oportunidad de sentir más cerca.

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