Descubre en este artículo la magia de los Belenes.
Con la época navideña se asocian inmediatamente ciertas tradiciones de las que poco conocemos y cuya historia es interesante independientemente de los aspectos religiosos que involucren. Tal es el caso de los “Belenes” o también llamados “Nacimientos” que inician su travesía como narración bíblica y perdura hasta nuestros días siendo una tradición tan común que podemos encontrar en casa de algún conocido cercano.
El Belén se vuelve, de cierta manera, la narración a modo de maqueta de los episodios bíblicos como la anunciación a los pastores del nacimiento de Jesús, la adoración de los Reyes Magos, entre otros.
Estas representaciones se basan en dos Evangelios Canónicos principalmente, el de San Mateo en el que se describe la anunciación del nacimiento de Jesús a José, y la visita de unos “magos” que fueron guiados por una estrella vista en el Oriente para adorar y regocijar al recién nacido con elementos que recuerdan su posición tanto sacra como terrenal; y en el de San Lucas, en el que se anuncia a María el nacimiento de Jesús, describe dónde sería el alumbramiento, y la anunciación del Nacimiento a los pastores que guardaban sus rebaños.
Todos estos textos reconocidos por la iglesia, sumando a los Apócrifos, añaden todo un entorno de detalles sobre el Nacimiento ocurrido en Belén de Judea, de donde viene su denominación. Así, se cree que se construye toda una imaginería añadida a lo ya narrado o escrito, para representar con mayor magnanimidad aquel suceso.
Se tiene constancia de que existen algunas primeras representaciones de índole pictórico del Nacimiento en un cementerio romano-paleocristiano de Roma, y que dichas representaciones datan del siglo II.
Se cuenta que la primeras representaciones físicas se atribuyen al peregrinaje de Santos cuya misión era acercar la religión al pueblo, y para ello recurre a estos medios que parecen ser más efectivos. Hay una leyenda que narra, que en una de las primeras representaciones del Nacimiento debido a las condiciones climatológicas de extremo frío, se recurre a un muñeco que representara al niño Jesús. Dicho muñeco impresionó a los asistentes al iniciar un llanto justo a la hora de su “nacimiento”.
Esta “tradición” continúa en las iglesias italianas, donde en los siglos XIV y XV se manifiestan estas representaciones como fijas. Es decir que no sólo se representan en la fecha del Nacimiento de Jesús, sino que permanecen en las iglesias todo el año.
Esta “tradición” se permitió trasladarse a los palacetes señoriales o casas burguesas que poseían una representación del Nacimiento a modo particular. De esta manera, pudo llegar también a las casas del pueblo, acercando así, este suceso a todos.
En España, ésta representación fue traída por los franciscanos en la misma época. Incluso existe aún el Belén de coral, plata y bronce de autoría desconocida que data del siglo XVI y se conserva en el Monasterio de Nuestra Señora de la Visitación, más conocido como el Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid.
Carlos III también impulsa esta tradición, al introducir incluso la realización de figurilla de diferentes tamaños para contribuir con la perspectiva de todo un paisaje que narre el nacimiento y las actividades de su alrededor.
Actualmente, gozamos de varias opciones para presenciar los Belenes más interesantes. Desde Belenes de playmobil hasta las figuras más ricas talladas en metales preciosos, el objetivo, sigue manteniendo la unidad: narrar un suceso. Objetivo que además, es cumplido, al lograr trasmitir la información de aquel episodio.
Como datos curiosos mencionaremos: El Niño Jesús es de las piezas más valoradas en los Belenes, y existe la costumbre de colocarse hasta el día de su nacimiento: el 25 de diciembre.
El Belén suele montarse los primeros días del mes de diciembre. Dejando libre el sitio para la figurita del Niño.
El pesebre es la escena que preside el Belén y debe tener como imprescindibles un buey, una mula, a San José y a María, así como al ángel que anuncia.
La estrella de Oriente que es vista por los Reyes Magos suele colocarse en un punto visible para todos.
Los Reyes Magos suelen avanzar día a día por el Belén representando su viaje hasta llegar a adorar al Niño.
Los Reyes Magos viajaban en elefante, camello y caballo.
En los alrededores se debe representar la vida cotidiana de los habitantes de la villa, pastores, lavanderas, carpinteros, artesanos, entre otros.
Existe una figurita que suele estar escondida en el Belén detrás de un arbusto por su condición en situación íntima, es el conocido como “caganer” que suele incluirse en belenes italianos, españoles y portugueses. Aceptado por la iglesia, es un símbolo de fertilidad y alegría.
Por otro lado, en México, por ejemplo, se realizan las llamadas “Pastorelas” donde se representa con una puesta en escena el Nacimiento del Niño Jesús rodeado de una lucha del bien contra el mal, que de cierta manera resulta aleccionadora para los espectadores, ya que les demuestra que el bien siempre triunfa (o al menos así debería ser).
También tienen la tradición de las “Posadas” que son reuniones tradicionalmente entre el 16 y el 24 de diciembre en el que se representa el camino o peregrinaje de José y María antes del Nacimiento del Niño. Se suele cantar la historia que narra el sufrimiento de José y María, por las negativas en varios mesones o casas, hasta que encuentran quién les de “posada”. Una vez dentro de la posada, se celebra y se realiza un convite que incluye un “aguinaldo” que es una porción de dulces típicos de la fecha, basados en una confitería de azúcar garapiñada en cacahuetes, cáscara de limón, píñones, o diversos frutos secos, al que llaman “colación”.
Desde Mundo Recorrido os deseamos felices fiestas y un próspero año 2018 que traiga muchos viajes para todos.